Three Days of Happiness (Tres Dias de Felicidad) - Capitulo 3: El observador con las piernas arriba




El observador con las piernas arriba

En la cima del sentir lo suficiente mal como estaba, era caliente, intranquila noche. Gracias a eso, tuve un muy vivido sueño.

Incluso después de despertar, reflexione sobres el sueño en mi colchón. No era un mal sueño. En efecto, fue un sueño feliz. Pero no hay nada mas cruel que un sueño feliz.

En mi sueño, estaba en secundaria, en un parque. No era un parque que conociera, pero mis compañeros de la escuela primaria estaban ahí. El concepto del sueño parecía ser que era algún tipo de reunión de clase.

Cada uno estaba teniendo un tiempo divertido mirando fuegos artificiales. Sus luces coloridas de humo rojo. De pie fuera del parque mirándolos.

Repentinamente note que Himeno estaba al lado de mi cuando ella pregunto – ¿Cómo está yendo la secundaria?

Le di una larga mirada desde un lado, pero su cara estaba borrosa. No sabía nada sobre ella más allá de cuando tenía diez, entonces no podía realmente imaginar cómo parecía ahora. Pero en mi sueño, pensé que su cara estaba absolutamente maravillosa. Me sentí orgulloso de haber sido conocidos desde hace tanto tiempo.

No podía decir que lo estaba disfrutando, conteste honestamente. Pero está lejos de ser lo peor.

Supongo que es mucho más parecido a mi respuesta también, Himeno asintió. Secretamente encantado que ella había pasado por una miserable adolescencia similar.

Sabes, pensando sobre esto, ella dijo, realmente fue muy divertido en ese entonces. ¿Que “entonces” estás hablando?, pregunte. Himeno no contesto.

Ella en cuclillas, me miro, y dijo, Kusunoki, ¿Sigues en el estante?

Supongo, conteste, mientras mantenía un ojo sobre su expresión. Revisando su reacción.

Ya veo, dijo Himeno con una asombrada sonrisa en sus labios, bueno, tu sabes, yo también. Entonces ella agrego, con una mirada tímida, bueno.

Eso es perfecto.

Sí, es genial, estuve de acuerdo.

Ese era el sueño.

No es el tipo de sueño que deberías haber tenido a los veinte. Me reprendí a mí mismo por lo infantil sueño que fue. Pero al mismo tiempo, quería mantenerlo en mi memoria. Me arrepentiría si lo olvidara. Estoy seguro que cuando tenía diez, no tenía mucho afecto por Himeno del todo. Talvez solo un poquito más. El problema era que no podría sentir una ‘pequeñez de afecto’ para cualquier otra persona desde entonces. Talvez esa minúscula cantidad de afecto era la más grande cosa en mi vida entera – algo que solo me di cuenta mucho tiempo después de que ella se fue.

Manteniendo todos los detalles de la Himeno del sueño en mi memoria, me recosté en la cama pensando sobre los eventos de ayer. Lo había vendido todo menos tres meses de mi esperanza de vida restante en ese viejo edificio de pacotilla. Cuando pienso de vuelta sobre esto, no lo pensé, oh, este solo pudo haber sido un ensueño. Considerando el evento para ser absoluta realidad.

Yo no, opino, arrepentirme de venderla mayoría de vida en el calor del momento. Yo no, opino, darme cuenta de la importancia de lo que tenía ahora que esta se había ido. Más bien, se sentía como una carga se hubiera ido de mis hombros.

Lo que me mantenía unido a mi vida hasta ahora había sido la esperanza superficial que algo bueno podría pasar algún día. Era una infundada esperanza, pero descartando que era una tarea tediosa. No importa que tan indigno alguien es, no hay prueba que la buena fortuna no les ocurrirá y permitirles escribe todo eso como si nunca hubiera pasado.

Esa era mi salvación, pero también era una trampa. Cual es porque ahora que había sido claramente dicho “Nada bueno pasara en tu vida”, no podía verlo como una bendición.

Dije. Si esta es mi situación, entonces podría también disfrutar los tres meses que me quedan. Quería gastarlos tal que podría pensar, “Fue una vida incomoda, pero por lo menos una vez que acepte la muerte, tengo unos felices finales razonables tres meses.”

Primero, decidí ir a la tienda de libros, leer algunas revistas, pensar sobre lo que debería hacer después – pero justo entonces el timbre de la puerta sonó.

No estaba esperando visitantes. No tuve alguno de estos en años, y seguramente no tendría en mis últimos días.

¿Llegaron al cuarto equivocado? ¿Recolector de dinero? ¿Puerta a puerta? No parece como si fuera algo bueno, de cualquier modo.

El timbre de la puerta sonó de nuevo. Me levanté de la cama y fui inmediatamente golpeado con las náuseas de la última noche. Resaca.

Aun, forzándome llegar a la puerta del frente, y encontré una desconocida chica de pie hay. A su lado estaba una maleta que parecía contener sus cosas.

“… ¿Quién podrías ser?”, pregunte.

Después de darte una mirada aturdida, ella saco unos lentes de su bolsa y suspiro, los uso, y me dijo un “¿Qué tal ahora?”.

Así fue cuando me di cuenta finalmente.

“Tú eres quien me evaluó…”

“Soy yo,” la chica dijo.

La imagen de su traje se destacó en mi mente, entonces en ropas casuales ella parece alguien más enteramente. Ella vestía una blusa de algodón y una falda azul con pechera.

No vi ayer, ya que estaba atado detrás de ella, pero su largo cabello negro tenía una tendencia de ondularse ligeramente hacia dentro de los extremos.

Mirando a los ojos a través de los lentes que saco, parecían llevar cierto dolor de cierta manera.

Mirando a sus delgadas piernas, vi un gran curita en su rodilla derecha. Deber haber sido una herida profunda, como podía decir el estado de este a través del vendaje.

Cuando la conocí la primera vez, podía determinar su edad con más precisión que entre los 18 y 24, pero mirándola en este día, lo imaginé. Tal vez ella estaba sobre mi edad. 19 o20.

Pero dejando todo eso de lado, ¿Por qué estaba aquí? Realmente, una de las primeras ideas que vino a la mente fue que ella estaba aquí para decirme que se había equivocado en la evaluación.

Ellos habían conseguido un digito o dos males. O ellos accidentalmente me mezclaron con alguien más. No podía evitar esperar que viniera a disculparse a ese efecto.

La chica se quitó sus lentes, metódicamente colocándolos de vuelta en su bolsa, y mirándome de nuevo con ojos sin emociones.

“Soy Miyagi. Seré tu observadora de hoy en adelante.”

La chica, Miyagi, ligeramente se inclinó hacia mí.

Observadora… completamente lo olvide. Si, ella dijo algo sobre eso.

Mientras trataba de recordar mi conversación con Miyagi ayer, incapaz de soportar mis nauseas, corrí al baño a vomitar de nuevo.

Dejando el baño con el estómago vacío, tropecé con Miyagi parada justo junto a la puerta. Concedido, era su tarea, pero ella ciertamente no era una chica tímida.

Trate de apartarla a un lado, yendo al fregadero. Lave mi cara, hice gárgaras, y tome un trago de agua de una taza, entonces me recosté de nuevo en mi cama. Tenía un dolor de cabeza asesino. Y el calor asesino ayudo a fomentarlo.

“Mientras lo explique ayer,” Miyagi dijo, repentinamente parada al lado de mi cama, “Ya que tu esperanza de vida ha sido reducida a menos de un año, estaré observándote desde hoy en adelante. Por lo tanto…”

“¿Puede esto esperar hasta después?”, interrumpí con franca irritación.

“Entiendo. Después, entonces,” ella dijo. Miyagi tomo su maleta a la esquina del cuarto, y se sentó con sus rodillas elevadas y su espalda contra el muro. Después de eso, ella solo me miraba. Su intención parecía ser observarme todo el tiempo que estuviera en mi apartamento.

“Está perfectamente bien si solo pretendes que no estoy aquí,” Miyagi dijo desde su esquina. “compórtate como usualmente lo harías.”

Pero solo teniéndola diciéndome que no cambiaría la realidad de ser constantemente monitoreado por una chica dos años lejos de mi edad.

No podía evitar estar intranquilo, y mantener lanzando miradas sigilosas en la dirección de Miyagi. Ella parecía estar escribiendo cosas en su libreta. Esto podría haber sido algún tipo de registro de observación.

La vigilancia unilateral parecía desagradable. La mitad mía que ella estaba viendo se sentía como si estuviera siendo asado por su vista.

En efecto, había recibido una explicación detallada sobre esta “observación” de negoción ayer.

De acuerdo a Miyagi, muchas de las personas venden su esperanza de vida se vuelven desesperados cuando les queda un año, y comienzan a causar problemas si ellos se quedan solos. No pregunte por una explicación de que tipo de problemas, pero podía imaginarlo.

Porque uno de las más grandes claves para tener a las personas siguiendo las reglas es su confianza en que ellos seguirán viviendo. Pero si tienes una confirmación que tu vida acabara pronto, todo cambia. No puedes tomar esa confianza a la visa futura.

El sistema de observación, entonces, es lo que era instado para prevenir a las personas desesperadas de hacer daño a los otros.

Esencialmente, las personas con menos de un año restante son observados, y deberían hacer algo inapropiado, el observador inmediatamente contactara a los cuarteles generales para acabar con su vida en el lugar, sin importar su usual esperanza de vida.

Lo cual significa que la chica sentada con sus rodillas elevadas en la esquina de mi cuarto estaba a una llamada de teléfono lejos de terminar con mi vida.

Sin embargo – y esto es aparentemente respaldado por estadísticas – una vez hay meros días ante la muerte, las personas pierden la voluntad de molestar a otros. Entonces cuando hay solo tres días de esperanza de vida restantes, el observador se va. Para solo esos tres días finales. Tu puedes estar solo.

Termine quedándome dormido, aparentemente. Mi dolor de cabeza y nauseas se había ido cuando desperté. El reloj mostraba las 7 de la tarde. Llamaría esa una bastante asquerosa forma de gastar el primer día de los más importantes tres meses de mi vida.

Miyagi estaba viéndome desde la esquina como antes. Estaba determinado a hacer mis cosas usuales, tratando de no ser consciente de su presencia.

Lave mi cara con agua fría, me desvestí en mi cuarto, cambie por unos pantalones que no era más azules y una playera raída, y salí a conseguir la cena.

Mi observadora Miyagi me seguía cerca de cinco pasos detrás.

Mientras camine, el brillante sol del oeste me aturdía. Hoy la puesta de sol era de un amarillo puro. Escuche a las cigarras de la noche llorando desde un matorral distante. Vagones con indiferencia corriendo a lo largo de la vía al lado del camino.

Llegue a un auto-restaurante a lo largo de una carretera nacional. Esta era un amplio edifico, y los arboles creciendo detrás parecían cernirse sobre su techo.

Señales, techo, muros – era más difícil encontrar un lugar que no estuviera totalmente descolorido. Había una fila de máquinas expendedoras dentro, y enfrente de ella estaban dos delgadas mesas con muestras de pimienta de cayena y ceniceros.

En la esquina donde estaban las cabinas de juegos cerca de una década de antigüedad, cuya música de fondo solo ayudaba a aclarar la atmosfera desolada del lugar solo un poco.

Puse 300 yen en una máquina expendedora de fideos, entonces saco un humo mientras esperaba el proceso de terminado. Miyagi sentada sobre un taburete, mirando hacia arriba a la luz parpadeante.

¿Cómo espera que consiga comida mientras esta observándome? Supongo que ella no necesita comer o beber, pero ella tenía tal extrañeza para que pudiera aceptarlo si me lo decía. Se sentía inusualmente mecánica, podrías decir. No tanto como un humano.

Después de engullir tempura soba que fue todo caliente y sabor barato, conseguí un café de otra máquina. El dulce café con hielo que se extiende a lo largo de mi cuerpo seco.

Incluso aunque solo tengo tres meses de vida, aún tenía una desagradable sensación de las maquinas expendedores porque eso era todo lo que conocía. Hasta muy recientemente, derrochando y comiendo en un lujoso restaurante simplemente no era una opción. He estado viviendo pobremente por años, y debo haber perdido mucha de mi imaginación en ese tiempo también.

Después que había comido y volví a el apartamento, agarre un bolígrafo, abrí una libreta y escribí una lista de lo que iba a hacer después.

Aunque primero era más fácil pensar en las cosas que no quería hacer, mientras más movía mi mano, más cosas que quería hacer antes de morir me venían a la mente.

Cosas para hacer antes de morir

- No ir a la escuela
- No hacer cualquier trabajo
- No resistir los deseos
- Comer algunas cosas sabrosas
- Ver algunas cosas hermosas
- Escribir un testamento
- Encontrarme y hablar con Naruse
- Decirle a Himeno como me siento

“Yo sugeriría estar en contra de eso.”

Me di la vuelta, y Miyagi no estaba más sentada en la esquina, pero estaba de pie justo detrás de mi quedándose viendo lo que estaba escribiendo.

Ella estaba específicamente apuntando en esa última línea, “Decirle a Himeno como me siento.”

“¿Los observadores realmente tienen el derecho de investigar y entrometerse en estas cosas?” pregunte.

Miyagi no respondió esa pregunta. En lugar de eso, ella me dijo.

“Sobre la señorita Himeno. Las circunstancias la llevar a dar a luz a un niño a los 17. Ella entonces dejo la secundaria y se casó a los 18, pero se divorció un año después. A los 20, actualmente está criando a un niño por ella misma. En dos años, ella saltaría a la muerte, dejando una lamentable nota de suicidio. …si vas a encontrarla ahora, nada bueno vendrá de esto. Después de todo, la señorita Himeno apenas te recuerda del todo. Eso incluye, por supuesto, la promesa que hiciste a los 10.”

Tenía problemas sacando mi voz de mi garganta. Sentí como el aire instantáneamente dejo mis pulmones.

“… ¿Sabes tanto sobre mí?” finalmente exhale, tratando de esconder cuan agitado estaba. “De la forma que estás hablando… ¿Sabes que todo eso va a pasar?”

Miyagi parpadeo unas pocas veces, entonces agito su cabeza. “Todo lo que sé son las posibilidades de lo que podría pasar alrededor de tu vida, Señor Kusunoki. Por supuesto, toda la información no tiene sentido a este punto, como tu futuro cambio drásticamente cuando vendiste el resto de tu vida. Que, es más, incluso esos meros futuros posibles que conozco solo son los eventos más importantes.”

Aun viento en su cuaderno, Miyagi lentamente levanto su mano derecha y escondió su cabello detrás de su oreja.

“Señorita Himeno parecía una persona muy significante en tu vida, Señor Kusunoki. El “Resumen” de tu vida estuvo simplemente lleno con ella.”

“Eso es solo relativamente hablando,” denegué. “Como, es solo que todo lo demás apenas me importaba, ¿correcto?”

“Eso puede ser,” Miyagi dijo. “De todos modos, si quieres mi opinión, encontrarse con la Señorita Himeno sería una pérdida de tiempo. Esto estropearía tu recuerdo de ella”

“Gracias por tu preocupación, pero estuvo estropeada hace mucho tiempo.”

“Pero debes aun usar tu tiempo sabiamente, ¿sí?”

“Si, talvez. ¿puedes realmente hablar conmigo sobre el futuro así, pienso?”

Miyagi inclino su cabeza. “Déjame preguntarte algo en su lugar. ¿Por qué piensas que no puedo?”

No podía pensar en una respuesta a eso. Incluso si estuviera a de algún modo usar el conocimiento del futuro para causar problemas, Miyagi solo contactaría a HQ y acabarían con mi vida.

“Fundamentalmente deseo que tengas un pacífico final a tu vida,” dijo Miyagi. “Hasta el final, de ser posible predeciré tu futuro y te daré advertencias.”

Rasque mi cabeza. Yo quería decirle algo de regreso a esta chica.

“Mira, talvez estas diciéndome esto a causa de que estas preocupada me hare daño y perderé esperanza. ¿Pero no pueden decirme ser considerado de llevar la razón de porque me hago daño y pierdo la esperanza? Si… como, apuesto que piensas si no escucho la situación directamente de ti, pero de la boca de Himeno, esto dolerá más. Eso es bastante entrometido de ti.”

Miyagi dio un suspiro cansado. “Es así entonces. Bueno, yo solo tengo buenas intenciones. Pero si ese es en efecto el caso, talvez me metí demasiado talvez. Debo disculparme.”

Ella rápidamente inclino su cabeza.

“…Pero diré una cosa. No debería esperar mucha imparcialidad o consistencia con observar los eventos venideros. Has vendido tu esperanza de vida. Esto significa un salto en un mundo irracional que no sigue la razón. Y libre voluntad y elección casi no tienen sentido, porque has dado el salto a tu propia cuenta.”

Con eso Miyagi regreso a la esquina del cuarto y reasumió su posición con sus rodillas levantadas.

“Eso es triste, es este caso, habiendo abandonándote a tu, ah, ‘razón para ser dañado y perder esperanza’, me abstendré de entrometerme en cualquiera de los otros objetos de tu lista. Haz como plazcas, siempre y cuando no moleste a otros. No te detendré.”

No tenías que decirme eso, pensé.

No pase por alto el hecho que Miyagi tenía una mirada algo sombría.



Pero no di ningún profundo pensamiento en lo que significaba esa expresión.

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